SER Padres Zoebisch

SER Padres Zoebisch

SER Padres es sinónimo de ser formadores, de tener la gran oportunidad y responsabilidad de promover el desarrollo de nuestros hijos, a través de la adquisición de hábitos buenos, es decir, de virtudes.

Fomentar la formación de la inteligencia, la voluntad y el carácter.

Pero para ser buenos padres tendremos que ser buenas personas. Y la clave es usar cada una de las capacidades de las que nos han dotado, hasta más no poder.

Cualquiera puede vencer el más duro de los obstáculos si verdaderamente quiere lograr el máximo, si le pone pasión a su trabajo y se niega a que cualquier barrera le detenga.

Es difícil tomar algunas decisiones, pero es parte de la responsabilidad que conlleva tener un hijo.

“Cuando me cruzo con la adversidad, utilizo ese reto como motivación para salir adelante, cueste lo que cueste. Cuando me cruzo con la derrota, me levanto, me quito el polvo de la caída y me centro en volver a intentarlo. No puedes permitir que la derrota te venza o caer en la tentación de coger la salida más fácil. Los mayores logros no salen a la primera”.

Es importante concentrarse en trabajar por la formación personal que contribuya de la mejor manera posible a la formación familiar.

Todos sufrimos golpes, duras caídas en algún momento de nuestra vida, pero debemos buscar la fortaleza necesaria para levantarse de nuevo, seguir adelante y reanudan la lucha. Esa fuerza procede del interior de uno mismo, de la familia y de la fe.

Nadie puede cambiar sus circunstancias, excepto uno mismo. Hay que aceptar la responsabilidad de construir la propia madurez, que dependerá de la preparación, determinación, compromiso, entrenamiento y habilidad que se aplique. No poner excusas.

La dedicación, el deseo y la perseverancia son los factores determinantes para alcanzar el éxito en una labor. También implica saber elegir, lo cual siempre tendrán su recompensa.

Es trascendental tener una ética de trabajo, ser conscientes de los valores importantes y ocuparse de adquirir virtudes. Establecer reglas y límites es fundamental para la vida personal y familiar, pero estas deben estar basadas precisamente en esos valores y virtudes.

El buen carácter, la humildad, el optimismo, el fijar metas y volver a fijar otra, una vez alcanzada, ayuda también.

Inculcar el servicio a los demás comienza al servir con amor a los más próximos, la familia. La Madre Teresa de Calcuta decía con frecuencia “quien no vive para servir, no sirve para vivir”, cuando un ser humano trabaja por el bien del otro, se hace mejor a sí mismo. Como padres, nuestro actuar está precisamente en el servicio consciente, preparado y constante hacia nuestra familia.

Trabajemos incansablemente en bien de nuestras familias.

“Independientemente de cuáles sean tus sueños, solo tú sabes hasta qué punto te has ocupado por ellos. Si puedes mirarte en el espejo y ver que has superado tus límites, los límites del cansancio, de la dedicación, del miedo, para conseguir lo que te propusiste y lograr tu sueño, entonces estás bien encaminado. Si realmente quieres algo, lucharás duro por conseguirlo”.

Basado en el libro “sin excusas”; Kyle Maynard; Ciudad de los libros; Madrid, 2007

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